Conocí a una hermosa mujer a través de las redes sociales, joven, de ojos oscuros, alta, piel morena, con una mente perversa, apasionada de la historia, con un toque de mujer intelectual que le dan los lentes, uf una mujer muy excitante, con una sonrisa hermosa y amplia que muestra sus blancos dientes. Platicamos varias veces un par de semanas, de temas variados e interesantes hasta que un día quedamos de vernos en un festival cultural de mucha tradición.
Finalmente se presentó el día esperado, imaginaba su cuerpo desnudo, excitante.
Cuando la vi sonreía como siempre lo hacía, vestía un jeans que se ajustaba perfecto a sus curvas y cuerpo delgado, una blusa negra escotada sin mangas, lo que me dejaba ver parte de sus ricos senos, era igual a las fotografías de sus redes sociales. Fuimos a varios de los eventos, comimos, bebimos algunos tragos, charlamos de diversos temas, me hablaba de la historia de algunos lugares que me mostró, en un momento que escuchábamos música y bebíamos una cerveza, nos quedamos callados un instante, mirándonos fijamente, me perdí en sus hermosos ojos, la tomé del cuello, me acerqué a besarla, fue un beso suave, tierno, pero a la vez muy apasionado y excitante, sentía su lengua frotándose con la mía, con la otra mano, tomé su cintura y la atraje hacia mí, pude sentir sus ricas y firmes curvas en mi cuerpo, me abrazó, nos pegamos aún más, sus manos apretaban mi espalda, fue un beso muy intenso y extenso. Después de varios besos, de caricias más intensas al amparo de las sombras y de la muchedumbre, nos dirigimos a un motel en el centro de la ciudad, durante el trayecto nos besamos en cada callejón, nuestras manos recorrían el cuerpo del otro, acariciaba sus nalgas, sus senos que ya tenían los pezones endurecidos por la excitación, frotábamos nuestras partes íntimas, con mi pene erecto sentía la calidez de su vagina, sentía el calor de su cuerpo. En el rincón de un callejón más oscuro metí una mano bajo su pantalón, alcancé su vagina que ya estaba húmeda, una humedad que sentí deliciosa entre mis dedos, ella correspondió acariciando mi pene erecto. La gente pasaba cerca, nos perdíamos entre las sombras y el bullicio, comencé a besar su cuello, después sus tetas, ella estaba nerviosa y excitada, le dije que nadie nos miraba, al percatarse de que así era, siguió con el emocionante juego, retomé a besar y morder suavemente sus pezones, abrí más la blusa para recorrer el camino hacia su ombligo y aún más abajo, era muy excitante estar haciéndolo frente a una multitud sin que nadie nos viera, en un momento nos sobresaltamos al escuchar voces muy cerca, cuando el grupo de personas pasó de largo sin voltear siquiera seguimos con más confianza y excitación, bajé mi lengua hasta su mojada vagina, jugué con sus labios, besando, mordiendo jalando, metía y sacaba mi lengua, después me entretuve con su clítoris lo jalaba, lo chupaba y le daba lenguetasos hasta que sentí como aflojaba sus piernas y un torrente líquido tibio inundó mi cara, escurriendo por mi barba, después de un instante ella se incorporó me besó con intensidad, también fue bajando, sacó mi erecto pene del pantalón, se puso de rodillas, su mano subía y bajaba en mi erección, lo empezó a besar, a lamer, finalmente lo metió a su boca para succionarlo, lo recorría de arriba a abajo de una manera deliciosa, con su lengua, con sus labios, hasta que exploté dentro de ella. Una vez repuestos nos acomodamos la ropa, para llegar al motel, ya en la habitación nos arrancamos la ropa, la excitación era tal que nos seguimos besando, tocando, su cuerpo desnudo era magnífico, nos dirigimos a la cama, nos besamos apasionadamente acariciado nuestros cuerpos, ella se sentó sobre mí, movía rítmicamente su cadera mientras yo acariciaba y besaba todo su cuerpo. Pasaba de sus nalgas, a sus tetas, a sus piernas, besaba también sus duros pezones, en un movimiento rápido se metió mi erección, devorando mi pene con su vagina mojada, se movía de una manera muy rica, yo acariciaba y besaba sus ricas tetas, eran una delicia, subía y bajaba sobre mi pene, su vagina estaba caliente y mojada, entre excitantes gemidos dejo fluir nuevamente los calientes jugos de su vagina sobre mi pene y piernas. Se dejó caer sobre mi por un momento para besarme y decirme al oído “la quiero en mi culo” le dije que se sentará encima de mi pene, con cuidado fue bajando hasta que la tuvo toda adentro, subía y bajaba mientras yo frotaba su clítoris con mis manos, besaba su cuello, sus tetas, mordía sus pezones y ella gemía de placer, nos empezamos a mover a un ritmo cada vez más rápido, sus senos se balanceaban de una manera divina, el movimiento cada vez más rápido y fuerte, acariciaba más intenso su clítoris hasta que dejó salir otro chorro de jugos de su vagina, al sentir y ver eso no pude contenerme y vacié mi leche dentro de su ano, ella se dejó caer nuevamente sobre mi pecho. Toda esa noche la pasamos juntos y aún nos seguimos frecuentando.
FESTIVAL CALIENTE