ANORGASMIA FEMENINA:
QUÉ ES Y CÓMO SOLUCIONARLA
En la sociedad en la que vivimos parece ser que lo sabemos todo, que nada se nos escapa de las manos pero hay veces que no es así, que algo tan magnífico como el orgasmo femenino puede llegar a ser un enigma.
De hecho, una de las dificultades sexuales más comunes entre las mujeres es la anorgasmia, es decir, la ausencia del orgasmo femenino aunque haya habido excitación y estimulación.
Es tan común que el 30% de las mujeres del mundo nunca han alcanzado el orgasmo. Imagínatelo por un momento: aproximadamente 735 millones de mujeres nunca han llegado a experimentar un orgasmo. Por desgracia es algo demasiado frecuente pero, calma, que tiene solución.
Anorgasmia Femenina: tipos y causas
Las anorgasmia se puede presentar de dos maneras: la primaria y la secundaria. La primaria es cuando la mujer nunca en su vida ha experimentado el orgasmo. Y la secundaria es cuando sí se ha experimentado el orgasmo alguna vez, ya sea en pareja o – la más común – jugando en solitario.
Las causas de esta “dificultad sexual” pueden ser físicas, como la diabetes, algunos anticonceptivos, antidepresivos e incluso enfermedades como la endometriosis o la vaginitis; o psicológicas, debido a un nulo conocimiento sexual, a una educación que penalice el autoconocimiento, o a malas experiencias en relaciones sexuales pasadas, entre muchas otras.
Pero según apunta una de nuestras sexólogas, María Hernando, el porcentaje de anorgasmia femenina por causas físicas es realmente bajo. De hecho, el 90% de las afectadas es por causas psicológicas como, por ejemplo, la baja o nula educación sexual, tener una autoestima sexual baja, una mala relación con la sexualidad…
Soluciones para la Anorgasmia Femenina
Si sospechas que las causas de tu anorgasmia pueden ser físicas, lo más recomendable es que visites a tu médic@ de confianza para que evalúe tu caso en particular. En cambio, si perteneces a ese 90% cuya anorgasmia es ocasionada por temas psicológicos, tenemos unos cuántos ejercicios que pueden ayudarte a decirle adiós a los días sin orgasmos:
– Regálate una ducha de sensaciones: el objetivo es que te pierdas el miedo, que te conozcas y que te toques. Así que ve al supermercado, elige un gel y una crema hidratante totalmente nuevos que tengas ganas de probar. Escoge un momento de tu día y olvídate de las prisas y del reloj. La idea es que te duches acariciando tu cuerpo, dejando que el olor del gel empape tus sentidos, disfrutando la textura que deja en tu piel, el tacto de tus dedos recorriendo tu cuerpo,… Y, cuando acabes, dedícate tiempo para ponerte crema, suavemente, haciendo círculos sobre la piel hasta que absorba. Es como hacerte un automasaje por todo el cuerpo.
– Hazte con un espejo para conocerte mejor: sin prisas ni compromisos pendientes, siéntate en tu cama, desnuda, coge un espejo y sitúalo entre tus piernas: ponle “cara” y nombre a cada una de las partes de tu vulva. Explora cada rincón con calma y descubre nuevas y placenteras sensaciones.
Coquetea contigo en el espejo… ¡Conquístate!
– Explora tus genitales con más cariño: aprovecha que has tenido ese “primer” contacto con tus genitales y atrévete a sumar unas cuantas revoluciones más. Relájate, ponte música y ambienta tu habitación como más te guste. Toca, acaricia y explora tus genitales. Dedícale a tu clítoris la atención que se merece.
Si te apetece subir la temperatura, hazte con un juguetito vibrador como Zoe, que es perfecto para la primera vez. Con él conocerás nuevas formas de estimularte y descubrirás sensaciones muy placenteras.
Zoe, tu compañera de aventuras perfecta
– Prueba los ejercicios kegel: la mayoría de mujeres que sufren de anorgasmia no conocen sus genitales, bien sea porque no se masturban o no han tenido relaciones sexuales óptimas. Estos ejercicios te ayudarán a tomar conciencia de tus genitales: de tu vagina, tu vulva y los músculos que la forman y, también, te ayudarán a mejorar tu suelo pélvico (los músculos que forman la vagina) para que estés mejor preparada para la penetración y para el orgasmo.
Las bolas chinas, como Ada, pueden ser las aliadas perfectas para ayudarte a ejercitar tu suelo pélvico de una forma cómoda y sencilla. Ademas, vienen listas para usar: con un lubricante para no sufrir con las fricciones y con un limpiador anti-bacterial para que te duren de por vida.
Ada será como tu entrenadora personal… ¡La amarás!
– Entrena tus fantasías: date el gustazo de leer una novela erótica o de ver una película subidita de tono. La idea es dejarse llevar y darle rienda suelta a la imaginación.
– Relájate y respira: lo primordial para lograr disfrutar de la mayor cantidad de sensaciones posibles es estar con la mente en el juego. Así que, cada vez que sientas que comienzas a pensar en otras cosas, céntrate en tu respiración. Cuando la controles, céntrate en la respiración de tu pareja, ya que su excitación te ayudará a volver a meterte en el juego.
– Y, si tienes pareja, juega pero… ¡los genitales están prohibidos!: tal y como lees… Túmbate en la cama desnuda boca abajo y, luego, boca arriba. Tu pareja tiene la licencia de acariciarte, de descubrir y estimular distintas zonas erógenas de tu cuerpo pero sin tocar (ni rozar) tus genitales… Ellos quedan fuera del juego. Cuando tu pareja termine de acariciar tu piel, te lo indica con un beso y ¡cambiáis! Puedes usar un aceite de masaje aromáticoy ¡disfrutar mucho más!
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No te frustres con el hecho de no llegar al orgasmo… Regálate el tiempo de conocerte y de disfrutrar y verás como todo fluirá.